9.03.2008

...mi pueblo

8:00 am.
Abordo la ruta 30 con destino a la Universidad.
El bus está con pocos espacios vacíos y en la colonia metrópolis se comienza a llenar.
En la plaza, un señor de quizá mas de 50 años, le pide al conductor si se puede subir.
Con una biblia en mano comienza a caminar por los pasillos diciendo: hermanos todos arrepiéntanse de sus pecados, el infierno arde con llamadas de fuego todos todos somos malditos, todos pecadores y malditos… pareciera que no mucha gente toma importancia a sus palabras ...

En el asiento de adelante donde yo estoy, esta ocupado por una maqueta de trabajo de universidad y una señora vestida de oficina que desde que me subí no para de hablar con la señora del asiento delante de ella. Qué si su marido, que si la vida esta bien cara, que los pobres somos pobres, que la situación cada vez es más difícil … su particular lenguaje y su volumen de vos hace que se oiga en el bus; mientras tanto el señor con la biblia sigue enviandonos a todos al infierno por ser todos malditos malditos todos ...

En el mercado de Zacamil se sube una considerable cantidad de gente haciendo que no hayan mas asiento disponibles y que muchas personas vayan paradas.
Dos señoras con delantales , unas canastas en la cabeza y unas bolsas en la mano; tienen dificultad para pasar entre el congestionado tráfico de gente dentro del bus. Al parecer son madre e hija...

Una de ellas - la hija- se paró a la par de la señora que llevaba la maqueta esperando que está se diera cuenta de todo lo que cargaba, agarrara su maqueta, la chiniara y le permitiera el paso a ella y sus canastas. Sin embargo la señora siguió hablando sin mosquearse con la misma naturalidad con la que hasta entonces. La "mercadera" al ver que no iba a mover su maqueta, comenzó a decir en voz audible: "esta vieja ve que estoy cargada y no me da el paso!!, además ese asiento no lo va ocupando nadíe- …muchos de los que iban parados volvieron a ver que pasaba, la señora oficinsta sólo volvió la cara y siguió su conversación como si nada pasaba. La indignación de la señora mercadera hizo que continuará diciendo otras cosas pero en vos mas baja...

En el centro comercial Zacamil, Madre e hija habian llegado a su destino y se dispusieron a bajar, aaah!! pero eso si, la ofendida no se bajo sin antes decirle a la señora que gracias por nada, seguido de muchos insultos que involucraban a la madre de la implicada y al marido de la señora que no venían al caso…

Al oir todos los insultos propiciados, la señora respondió a las palabras de “afecto” y en medio del bus se paró y gritó: Señor conductor!!! Diga usted si o no le pagué el pasaje por esta maqueta que llevo conmigo, diga usted si o no… El señor busero paró el bus al oir los gritos de la señoras...

De repente el bus se había convertido en un caos: gente subiendo y bajando, la señora mercadera y la oficinista en principio peleando por si había o no pagado el puesto y en últimas que si el marido de la señora era o no felíz con ella, mientras tanto el mismo señor repitiendo que todos íbamos para el infierno directo todos por pecadores todos…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hey!, cuentos urbanos, bonita descripción, entretenida, dinámica y detallada, felicidades.

Minino dijo...

Cuando me subo a un autobus pago el pasaje para transportarme, no necesariamente me voy sentado..

El pagar no asegura un asiento, pero el no facilitar el asiento a una señora con delantal al parecer si asegura una putiada (^_^)

Jonathan Brizuela dijo...

Jajaja Hay mi pueblo!!!
Huy pero que grosera la maitra del delantal.

Lara dijo...

simplemente me encanta :D q buena descripcion jajaja todos al infierno todos! XD XD