1.23.2010

Recuerdos ajenos a través de ojos familiares

Ella nació el 20 de Septiembre de 1924 en Santa Ana, pero se crió en Ahuachapán. Su nombre completo según su partida de nacimiento es Ana Margot López Magaña. Sus padres no eran casados y ella tenía cuatro hermanos más. De su abuela tiene muchos recuerdos como que estudió en Guatemala y que vendía tabaco que venía de Honduras y luego distribuía, además que le llamaba mamá y era bien conocida y respetada entra la gente. Desde muy pequeña vivió con ella, y aun tiene algunos vagos recuerdos incluyendo aquel que en sus palabras le persiguen hasta el día de hoy, la insurrección indígena-campesina de 1932. El siguiente relato es solo una parte de un trabajo (mas extenso) casi completo de la historia de vida de Margarita viuda de Meléndez –mi tía abuela-, quién aparte de haber sido testigo viviente de este evento, se casó con Don Guillermo Meléndez una de las 14 familias de la época, dueños del Ingenio El Ángel.

Después de algunas preguntas referentes a lo poco que puede recordar de su vida antes de venir a San Salvador a los 16 años – y con la lucecita roja del aparato de audio que señalaba que sus recuerdos estaban siendo grabados- pase a indagar acerca de sus recuerdos de principios de 1932. ¿Cómo usted vivió ese tiempo, qué es lo que usted recuerda que vio o que le contaron que usted vivió? En el audio se oye que estoy tratando de formular la pregunta cuando me interrumpe y me corrige: “que yo recuerdo porque yo lo viví”

Todo comenzó en un viaje que ella hizo en ese tiempo con su abuela a Tacuba en Ahuachapán donde se dieron las expresiones más radicales de violencia. (Este lugar fue el único pueblo ocupado que supuestamente organizó un soviet antes que el ejercito lo retomara. En los otros centros principales con presencia rebelde, no había presencia comunista de la que se tenga conocimiento (Ching: 80) )

MM: “..en esa época del comunismo pues …”dice, “…allá se desenvolvió eso en Tacuba, Nahuizalco, Izalco, Sonsonate todo eso se había desatado el comunismo, como lo decían todos. Asaltaron todas las casas, robaron en las casas, mataron a la gente simplemente, la mayor parte de dueños de casas los mataron”…

yo: ¿Quiénes se levantaron y a quiénes mataron?

MM:“…Los comunismos, el comunista al principio, ellos...

yo: ¿y era un partido político o quiénes eran…

MM: Eran simplemente, no me acuerdo como se llamaban, pero tenían un nombre…

yo: ¿pero eran pobladores o...

MM: Campesinos, cortadores de café, algunos de los que trabajan con la Señora Isabela Martínez, todos los cortadores, campesinos fue de los campesinos no del pueblo en si todo, habían ahí, mezclados que estaban de acuerdo, pero de ahí todos los estos que asaltaron yo los vi con machetes, con garrotes

yo: ¿Y a quiénes mataban?

MM: A los dueños de las casa o que tenían algo pues, a esos mataron

yo: y usted ¿cómo lo vivió, cuál fue su experiencia?

MM: Yo los vi, yo no les hablaba, no se podía. Yo los vi, los vi llegar a estar gritando y después los vi ahí macheteando a la gente pues simplemente, a los dueños de las casas donde estábamos, agarraron así machetearles toda la cara y ahí me enferme yo; pues si no en el momentito no, me dio calentura y paludismo. De ahí toda la gente la fueron a tirar, parte de los que estaban en las casas muertos los fueron a tirar a la orilla del cementerio de ahí se llego la guardia civil que decían que andaban buscando a los comunista ahí fue otra matazón. Mataron al alcalde (los comunistas) lo hicieron picadillos, mi abuela fue a recoger los pedazos porque no dejaban acercarse a nadie, ella no era de ningún partido ni nada era una Señora Honorable que andaba bien vestida

yo: ¿Cómo se llamaba su abuela?

MM: Salvadora López, López como somos López. A mi me disfrazaron de varón, me vestían de pantalón así como de cipote para que no me fueran a violar

yo: A usted la disfrazaron de varón para protegerla, ahí me surge una pregunta a mi porque hasta donde yo entiendo ustedes no eran personas así como terratenientes, o dueñas de algo ¿Por qué la querían proteger?

MM: No era solo porque fuera yo ni nada, sino que en general, a todos los niños que estaban cerca de ahí, de los familiares (familias “pudientes”) a todos les pusieron su calzoncito y todo para que parecieran varoncitos para protegerlos.

yo: ¿Le tocó que esconderse?

MM: También nos escondíamos en barrancos y así, en una barrancada fueron a esconderse. Después de ahí eso fue, llegó esa Guardia Civil, ahí le robaron a mi abuela fíjate, ella tenía su negocio con la Señora Martínez de tabaco se llevaron una buena cantidad de dinero para pagarle a los soldados, le robaron todo el dinero, así. De ahí pues, ahí llovió ceniza, cayó ceniza fíjate ¡¡sí!!, en la vida había visto cayó ceniza , ni que estuviera haciendo erupción el volcán ni nada, cayó ceniza, hasta aquí llegaba andaba con un abrigo no se me olvida y con frio y las calles horrible el montón de muertos que encontrabas en la calle, es espantoso. De ahí se fueron llegaron hasta Ahuachapán y querían tomarse el cuartel los comunistas pero ya había llegado el ejercito, fue una matazón de gente hasta por aquí por Colón, eso fue horrible. A nosotros ya nos daban por muertos pues, y como pasaban los días y no aparecíamos y cómo nos veníamos de Tacuba.

(Ella dice: “…cayó ceniza, ni que estuviera haciendo erupción el volcán…” sin embargo en ese tiempo el Volcán de Izalco si se encontraba haciendo erupción, existe bibliografía donde se encuentra documentado el evento, así como libros narrativos en forma de novela de lo sucedido en ese mismo año en Izalco. Ver libro “Cenizas de Izalco”.)

yo: ¿Cómo transcurrían esos días en Tacuba?

MM: Esos días pues si no te digo pues en las calles, escondiéndonos en la casa de gentes que tenía las puertas bien trancadas y cambiando de casa ahí, porque no éramos de ahí y algunas personas nos decían que no entonces por temor, pero ya después ya salí con mi mamá porque teníamos hambre verdad a buscar ahí quien, y aquello grueso de cenizas que costaba caminar y llovió ceniza de puro castigo de Dios, entonces no ves como desnutrí me dio anemia pues, casi no comía, gran miedo que me daba comer, ya nunca volví a ir vea ya después que crecí jamás me daba miedo solo con que me mencionaran el nombre, me daba miedo, como solo cosas horribles fui a ver..

yo: ¿En Tacuba?

MM: Ahí a Tacuba, fíjate que había pasado yo una barbería y como yo he sido loca por los muñecos y había un muñeco Jaroloi, un muñeco de harina o a saber de que en una Barbería y pase y yo dije hay yo quiero ese muñeco, después se lo vamos a dar hijita me dijo el Señor, vaya dije y a los días que pasamos de regreso del cementerio que iban enterrar al hijo de la dueña de la casa que lo mataron ahí, el que te digo que lo vi en la entrada, ¡hay vieras que horrible!, así de los estómagos saliéndoseles las tripas, manos, brazos una sola picazón de gente ahí en esa casa una barbería donde estaba el Jaroloi, una barbería fíjate no se me olvido nunca, ahí habían matado a toda la gente y yo daba de gritos y todavía buscaba el muñeco. Y encontrabas muertos en la calle como cualquier cosa ¡y qué pues!, tanto de los del comunismo como después de los otros que llegaron del ejército. No pero al Señor este Doctor Rivas que fue el alcalde fue los comunistas que lo picaron, si le dejaron todos los dedos pedaciados en una sabana, que se lo entregaron a mi abuela porque no querían dar el cadáver.

yo: ¿y a su abuela por qué?

MM: Mi abuela era una persona ajena, no tenía nada que ver de ningún lado, entonces mi mamá tenía un modo como era persona bien letrada, yo me acuerdo que no me podía subir a una grada que bien alta: “…Démelo no le sirve de nada yo lo voy a enterrar… (la abuela, pidiendo el cuerpo del alcalde)”, así y agarrándome de la mano así, no me soltaba y otra muchacha que andaba ahí y llegó la hija del Señor yo ahí si me tape la cara, eso si ya no lo quise ver y yo llorando imagínate, no quería ver, no comía nada yo, así fue como lo llevaron hasta ahí, de ahí todo lo que sabes vos de la historia que se tomaron el cuartel mataron a varios ahí en Ahuachapán, Juayua, Nahuizalco, Izalco pero fueron ellos mismo y los del ejercito

yo: Y esos días que estuvo en Tacuba ¿usted vio/visualizó a los comunistas?

MM: Los vi, como no los iba ver, yo estaba sentada ahí en la orilla en una tienda, almacén había tienda, farmacia, todo eso, sentada en la grada ahí estaba yo con una hija de una señora que era enana Carmen se llamaba, cuando iban llegando y le hablaron a un señor que a dónde atacaba: “¿a dónde agarramos primero? por el lado de la finca …” saber ya no me acuerdo de quien, pero eso sí lo oi, eso sí es cierto llegaron con unos palos bien peladitos no todos, unos con machetes, otros con garrotes peladitos blancos, eso si lo vi un montón de cortadores todo el tiempo, eso sí. Hoy de ahí ya en la noche cantaban unos cantos terribles que cantaban ellos, y le daban a las puertas y saqueaban todo, de ahí ya cuando llego el ejército o la guardia o guardia no se qué, guardia civil algo así, entonces ya nos pudieron sacar, fuimos saliendo poco a poco estuvimos donde una Señora ricos de ahí, Cornejo, ahí nos tenían esperando que nos fueran a traer y quién quería salir pues, tenían miedo entonces le pagaban a un carro imagínate en esa época yo daba de gritos yo terrible, de ahí si ya te digo ya me agrave yo entre en fiebre me enferme no podía ver a un hombre con machete porque daba de gritos y ya grande pues, me quedo aquello en la mente, terrible, eso es lo que te puedo decir hoy del ejercito ya hoy… ¿No estás grabando esto verdad? Bueno no importa, pero ahorita lo que te voy a decir, apaga eso te voy a decir…

Comienza a hablar de recuerdos de la guerra y que los guerrilleros secuestraron a su hijo Eduardo Meléndez por quién pedían un rescate para comprar una ambulancia. Ella relata de cómo del dinero que producía El Ángel (que era la hacienda e Ingenio que tenían los Meléndez) se pagó el rescate de su hijo. Cuenta diferentes anécdotas sin un orden cronológico durante y después de la guerra. Me está relatando que se recuerda haber visto al Presidente Duarte cuando nos interrumpe mi otra tía abuela hermana de ella: Alba, quién vive en la misma casa junto a Eduardo Meléndez hijo de mi tía entrevistada. Al finalizar de discutir con su hermana aprovechar para retomar y finalizar la primera parte de la entrevista.

yo: Cerrando el capítulo del 32´basicamente eso fue lo que vivió, pero una pregunta que tengo es ¿Cómo afecto todo lo que vivió en cuánto su forma de vivir y ver la vida?

MM: ¿Cómo no me iba afectar?, si yo solo vi cosas desagradables, yo no vi nada bonito, solo de miedo, de temor y ¡mi abuela no murió de eso pues!, de la impresión si fue viniendo de allá y se agravó, como yo andaba con ella, y ella no me soltaba me protegía pero yo todo lo estaba captando cipota, qué no he perdido la memoria, que no se me ha olvidado decí!, yo me despertaba y me acordaba de las cosas bien feo. Me recuerdo de unas casas las puertas con grandes clavos, las puertas adentro cerradas, no tanto por los comunistas sino la guardia civil, el ejército

yo: Pero eso usted ya no lo vio, si lo vivo…

MM: Claro que sí, claro que lo vi, y no ahí estábamos todavía pues, de ahí hubo gente que no era en realidad comunista, por eso es que yo tenía miedo porque nos podían confundir que éramos lo mismo que los demás, pero ellos también hicieron igual como mataron aquellos (campesinos), mataron los otros (militares), porque ahí quién averiguaba quien eran los rojos y quien era la gente que no estaba metido en nada, parejo a las casas pues. Así fue como murió mucha gente inocente y se salvaron muchos comunistas, y ya ni te puedo decir los nombres de quienes son que quedaron vivos en Ahuachapán porque no, ya un señor ya se murió

–pausa- todo en silencio-

Los cadáveres solo los tiraban, y algunos llegaban y otros tenían miedo de llegar, eso fue horrible, el esposo de una señora, el señor que salió de su casa y ahí lo mataron afuera. El señor que estaba con nosotros ahí en el mismo lugar donde nos escondíamos, se metió debajo de la cama, flaquito, carpintero, ojitos azules el señor, estaba una cama alta sí cómo de pita y nosotros mi abuela y yo aquí, y otra señora que no me acuerdo quien era y otra cipota abrieron la ventanita así: ¿Quién vive? Decían, ¡No aquí solo somos mujeres! y el señor debajo de la cama lo alcanzaron a ver desde ahí de la ventana le dispararon delante de nosotros eso fue el ejercito, ahí no mas lo mataron y nosotros con el cadáver hasta que lo sacaran, ya de ahí mi mamá me abrazaba; mamá le decía yo a mi abuela; así niña, y después al hijo de la señora queriendo salir: ¡No salga hijito! Le gritaba, y salió ahí y lo agarraron a balazos, otro señor se había metido en un granero, se había metido ahí, ahí lo fueron a…Hay no olvídate, por todos lados hicieron horrores.

yo: ¿Y eso fue más que todo en el área de Occidente?

MM: Si por aquel lado fue, Apaneca, Juayua, Izalco, Sonsonate menos, pero de ahí toda esa zona de ahí viniendo hasta Colón, ahí fue matazón. Después el ejército barrió ahí. Y hoy con esto de la guerrilla, no es que yo simpatizo o no simpatizo, lo que uno ve, y por eso teme por eso verdad, que vayan hacer acciones así cuando lleguen los colorados, puede ser que no y ya están más civilizados, ya es otra cultural, ya son hombres más preparados …

yo: ¿Cómo transcurre su vida en cuanto a lo emocional, por todo lo que vivió después de eso…

MM: Si es que yo no era normal toda la vida estaba con miedos, eso sí, así viví por años pero a través de los años me fui calmando, Mira cuántas veces estuve enferma vaya, como no comía me dio una gran anemia, No, una gran fiebre que me dio después que vine de allá, como a saber que comí y todo eso, me salvaron, ya después quede mal de los nervios y me fui recuperando, ya cuando agarre los quince años que primera vez que ocupe taconcitos, primer zapatos que ocupe con tacón..

yo: ¿En su fiesta de cumpleaños?

MM: No cuál fiesta, no qué fiesta, nada, no había pisto (dinero), nada más porque cumplí eran los primeros zapatos que me ponía con taconcitos, y ahí estaba en la escuela siempre y ahí había hasta sexto grado nada mas nana, pero yo vine aquí y seguí estudiando, aprendí mecanografía y taquigrafía, pero hoy como ya no se ocupa ni mecanografía, ni taquigrafía verdad, solo eso de las computadoras, eso sí ahí tengo mi título y de natación…

yo: ¿Hasta qué edad vivió en Ahuachapán?

MM: A los dieciséis yo me vine con Guayo (Eduardo su único hijo), a los diecisiete conocí a Guillermo (Guillermo Meléndez) y a los años me casé. De ahí yo pasaba allá a conocer los cañales, a conocer todo eso, si yo iba allá no sólo de paseo, todo eso lo conoció la Dalia (mi mamá) ella si disfrutó ahí, nos íbamos allá y…

yo: ¿A dónde?

MM: A la hacienda

yo: ¿Y esa Hacienda como se llamaba?

MM: “El ángel”