De la vida, las experiencias y algunas cosas por las que no olvidaré el 2010 PARTE I

Me ha tomado mucho tiempo e indecisión sentarme a escribir del 2010. Considero que la vida es un eterno vivir, fallar, aprender, fallar otra vez levantarse y aprender; abrir y cerrar ciclos, valorar, tener, soltar y dejar ir [Bonito pero más fuerte y frustrante de como se lee]; pero si los primeros 24 años de vida fueron [eso] mi escuela, definitivamente el 2010 tuvo que haber sido mi graduación. Raspada, con exámenes de suficiencia para alcanzar la nota, con cursos de verano y un poco golpeda casí casi quedándome sin el titulo ni el birrete, logré graduarme en 2010.

Un año rápido, lleno de muchas experiencias, descubrimientos personales, tristezas, alegrías, decepciones y frustraciones; con mucho dolor físico y emocional logré valorar dos cosas: amarme y amar a mi familia; y aun una tercera: Amarle y seguirle a Él. Ahora estoy segura serán los faroles que alumbren mi odisea por un mar bravo y sediento de darle vuelta a mi lancha en altamar.

Tal como un doctor después de graduarse no pretende encontrar trabajo, y al hallarlo no pretende hacerlo todo bien a la primera, considero que me queda mucho espacio y margen para maniobrar en este nuevo ciclo de mi vida. Estoy segura que 2011 traerá muchas más historias por contar, alegrías, tristezas, lecciones, muchas cosas por las que pedir perdón y perdonar; mi esperanza y me seguridad está puesta en una sola cosa: Voy a verle y seguirle SOLO a Él.